Quien en su vida a mirado el piso, y no a levantado nada, es tal vez una persona ordenada, pero distinto es aquel que camina despacio, mirando tras cada pisada dada y observada con cautela, esperando lo impredecible e inusual, que hace que lo cotidiano sea un día ideal.
Para que ordenar y ordenar, si los recuerdos mas importantes y puntuales quedan de lado, votados por no se donde, los más pequeños muchas veces son recogidos, por una aspiradora o una pala junto con su escoba, quien sabe donde quedaron, nos lamentamos tan solo un momento, haciendo un rápido y fugaz recuerdo, desde el primer momento en que estuvo en mis manos, hasta que se perdió por medio de las mismas, utilizando otro instrumento para así no sentir culpa de los recuerdos borrados.
Los cachureos son posibles de encontrar, en todos aquellos lugares donde no llega la luz, o a veces llega pero en un rincón no muy acogedor y otros están al alcance de la mano, pero ya no vistos con cara de utilidad si no mas bien, vistos con cara de inservibles u ocupadores de espacios, amenazados cada fin de semana por aquella bolsa de plástico sin fin, que se hace presente con su mejor amiga, la limpieza, ambas sin ningún remordimiento guardan todo lo posible en su interior.
Reflexionemos durante 10 segundos sobre todo lo que esta en nuestra pieza, diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, listo, más que seguro se nos vino a la mente todas las cosas que están debajo de la cama, velador, escritorio etc. Mi pieza mas la denomino lugar privado, pero que no priva la entrada a un nuevo aliado que de seguro pasara mucho tiempo antes, de que sea nuevamente devuelto a su antigua realidad de no ser mas que un insignificante objeto casual.
Para que ordenar y ordenar, si los recuerdos mas importantes y puntuales quedan de lado, votados por no se donde, los más pequeños muchas veces son recogidos, por una aspiradora o una pala junto con su escoba, quien sabe donde quedaron, nos lamentamos tan solo un momento, haciendo un rápido y fugaz recuerdo, desde el primer momento en que estuvo en mis manos, hasta que se perdió por medio de las mismas, utilizando otro instrumento para así no sentir culpa de los recuerdos borrados.
Los cachureos son posibles de encontrar, en todos aquellos lugares donde no llega la luz, o a veces llega pero en un rincón no muy acogedor y otros están al alcance de la mano, pero ya no vistos con cara de utilidad si no mas bien, vistos con cara de inservibles u ocupadores de espacios, amenazados cada fin de semana por aquella bolsa de plástico sin fin, que se hace presente con su mejor amiga, la limpieza, ambas sin ningún remordimiento guardan todo lo posible en su interior.
Reflexionemos durante 10 segundos sobre todo lo que esta en nuestra pieza, diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, listo, más que seguro se nos vino a la mente todas las cosas que están debajo de la cama, velador, escritorio etc. Mi pieza mas la denomino lugar privado, pero que no priva la entrada a un nuevo aliado que de seguro pasara mucho tiempo antes, de que sea nuevamente devuelto a su antigua realidad de no ser mas que un insignificante objeto casual.
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