miércoles, 29 de octubre de 2008

Mi gran pasión.


Desde que di mis primeros pasos hasta hoy en día, puedo decir que el balón de fútbol creció junto a mí, marcando varias etapas de mi vida, como por ejemplo, mi primer esguince, mis primeras heridas en la rodilla, mis primeras competencias, en fin mi primera gran ilusión.

Mientras más crecía, más tiempo le dedicaba a este hermoso deporte, muchas veces fui criticado por dedicarle mas tiempo al fútbol que a los estudios, pero bueno, como dicen los adultos es tan solo una etapa, al parecer esta etapa se me quedo pegada ya que la necesidad de pegarle a un balón es constante, a tal extremo que cualquier cosa que se asemeje a un esfèrico lo pateo, a veces el balón se transforma en una lata de bebida o en una bola de papel, todo cambia cuando tomo contacto con la pelota, se me olvidan los problemas, las pruebas, responsabilidades etc.

Jugar fútbol no es tan sólo patear algo redondo, ese algo redondo tiene magia en su interior, te la enseña a medida que le muestres dedicación y pasión, por ser cada día mejor.

Aquel que tiene la capacidad de reflejar alegría a travès de su juego, que tenga claro que lo que tiene en sus pies es un don, el cual no debe abandonar si no mas bien pulir entregando garra, alegría, pasión, compañerismo y dedicación, todos estos factores influyen para establecer una buena práctica, pero lo más importante es tener la capacidad de poder ver todo desde el corazón, dándole las gracias a Dios por darte la posibilidad de hacer lo que te gusta.

Recueda, el balón es tu amigo.

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