El colegio para un joven es entretenido hasta que, empiezan las pruebas, los trabajos, disertaciones, etc. Despuès de haber descansado casi dos meses completos y no haber tomado un sólo lápiz, las neuronas no estàn aptas para procesar tal informaciòn, haciendo que todo sea mas lento.
Al comenzar el nuevo año escolar, que de seguro y por algo lógico es más complicado, que el anterior, los profesores nos plantean sus expectativas para este nuevo año, diciéndonos que, tengamos buenas notas, que no faltemos a clases, que no causemos mayores problemas y una infinidad de cosas más, siendo esto difícil para un joven de 17 años, que a esta edad lo único que piensa es pasarlo bien y hacer lo mínimo frente a sus responsabilidades estudiantiles.
La mentalidad del joven estudiante de hoy, se podría definir como bastante mediocre, ya que quedan satisfechos con lo mínimo, sin manifestar ningún estado de desconformidad si no lo contrario, lo que es bastante malo para su formaciòn futura.
Somos jòvenes caminantes, en busca de identidad, capaces de ser influenciados o vulnerados tan fàcilmente como lo èramos hace 10 años atrás. Dèmonos cuenta de que si se sigue asì el futuro nos pesara, entregándonos frutos inmaduros. Todo va acorde a lo que entregamos y lo que estamos entregando ya que de nuestro pasado y presente saldrà nuestro futuro.
El joven estudiante reclamó, reclama y seguirà reclamando sin fundamentos ya que todo lo lindo que han perdido a sido parte de su propia cosecha.
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